sábado, 4 de abril de 2009

Agua Roja

Abrió sus manos lentamente,

Tan suaves y eternas

Que con un simple sus piro del aire

Todo tenía un dulce sabor.


El recuerdo volvió a mi mente ese día

Que entre aire frío y oscuras columnas

Prometía una noche de paz y…

Sin pensarlo llego hasta a mí.


Sin esperarlo y sin pensarlo

Atravesó la ventana abierta,

Abrió mi puerta y se instalo ahí

En ese aire denso de angustias.


Durante minutos eternos permaneció

Entre disfrute y dolor, se transformó.

Imágenes verosímiles y paranoicas

Se colaban con el color amarillento de la luz.


Reventaron, pedazos de recuerdos

Pegados a mi dolorosa piel,

Se hicieron agua, se hicieron agua roja,

Se hicieron agua roja veneno a beber.


Fundiéndose con mi piel,

Tocando despacio hasta mis huesos,

Sin parar infectando mi corazón,

Matando mi alma, desesperación.


Cerré mis ojos, parpados de plomo.

Un momento de extraña paz

Y allí estaba sangrante el recuerdo

Mirándome a través del espejo.


Todo oscurecía cuando volví a mirar,

Y en todos lados, en cada lugar

Ese olor, esa mirada, ese color, esa paz.

Todo era todo, pero era una sola cosa a la vez.


No había espacio vació y todo recordaba

que un día fui capaz de amar, con alas

con pasión, con miradas, con paz

con deseos, e intranquilidad.


Hasta esa hada disfrazada de temores

Que entro a visitarme volando veloz

Paso por mi oído y me susurró:

Todo esto es recuerdo del dolor.


Y fue la última luz que pude mirar,

Antes de beber esa agua, Agua roja,

Agua roja que consumió mi ser

Hasta ser la nada y ser todo a la vez.

1 comentario:

Musica en el cielo dijo...

Guauuuuu!! excelente, me gustó muchisimo, una poesia con gélida pasión, una forma sentimental de ver mas allá.

Besos.